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jueves, 26 de mayo de 2016

Algo simple, casi pueril, que apenas mide unos centímetros.... Brotes verdes en la cabeza!!

Tendencia: Brotes verdes en la cabeza
Algo simple, casi pueril, que apenas mide unos centímetros.



Comenzó como algo minúsculo y viral que se extendió hasta buena parte de la población.


La última moda en Pekín es prenderse del pelo una pequeña planta de plástico o una flor con su tallo. Niños, mujeres y hombres se apuntan a la plantamanía.

Y es que la ecología en los últimos años ha sido, por fin, uno de los temas que más se ha hablado y los ciudadanos chinos han querido mostrar su mentalidad verde colocándose pequeñas plantas de plástico en la cabeza. Un motivo que ojala hubiera promovido está nueva tendencia pero no, su origen varía según cada medio.


El mecanismo que es muy simple, una miniplanta de plástico con dos tímidas hojitas verdes o una florecilla de tierno tallo.  Un brote verde enganchado a una horquilla que se coge al pelo de la cabeza, es lo más comentado en las redes sociales en China y se puede adquirir en cualquier esquina de una urbe .

¿Su origen?
Como todas las grandes tendencias espontáneas (no aquellas que las marcas o los diseñadores se empecinan en imponer), surge donde menos te lo esperas y no está claro quién fue el primero en convertir su cabeza en macetero. The Beijinger  afirma que todo empezó en una convención de cosplay, un híbrido entre cómic, cine, anime, manga y videojuegos donde los asistentes se disfrazan de personaje y actúan de acuerdo a ese rol. Entre superhéroes y ninfas varias había un monstruito simpaticón, de oronda cabeza calva coronada por una especie de brote de dos hojas. Por aquello de asimilarse a su ídolo, algunos optaron por peinarse igual.



The Shangaiist, en cambio, sugiere que la tendencia parte directamente de un personaje de Pleasant Goat and the Big Wolf, una serie de animación de la televisión china. Ni convenciones ni gaitas. En lo que sí está de acuerdo es en que este peculiar aplique capilar, según parece, por ahora se circunscribe a Pekín y Chengdu, en cuyas zonas turísticas brotan como setas vendedores callejeros con los dichosos brotes.
 Los anónimos ciudadanos de las grandes ciudades chinas lo llevan, ellas y ellos, niños, niñas… y adultos con carrera universitaria y smartphone de última generación. Todos se suman a esta moda.


No faltan los filósofos y poetas que recuerdan que la hierba denota inteligencia, mientras que los tréboles de cuatro hojas sugieren suerte. Se lleven en una medallita al cuello o sobre la cabeza. Sea como sea, los chinos ya han hecho suya esta tendencia y no faltan quienes a falta de uno, se plantan (nunca mejor dicho) varias horquillas con su correspondiente flor, brote o lo que toque.

The Shangaiist también señala que muchos de esos vendedores los compran online a bajo precio para revenderlos a los guiris con afán de regresar a sus países de origen con vocación de trendsetters. El capitalismo, ya se sabe, campa a sus anchas en la antigua tierra de Mao.

Entre tanto, la criatura ya es algo así como trending topic en Tieba Baidu, un punto de encuentro de internautas chinos donde pueden subir fotos y vídeos por temas.
El movimiento parecía haberse fraguado en oposición a la atmósfera reinante en la ciudad, el cielo gris y el abrumante ambiente contaminado se configuraban como los principales causantes de este nuevo furor verde.

Sin embargo, el Día Nacional de Beijing, momento en el que la ciudad se llena de visitantes y turistas, esta nueva moda adquirió una envergadura mayor, los tímidos brotes de legumbres pasaron a ser reemplazados por girasoles, lavanda, champiñones, cerezas o incluso calabazas.



Las generaciones maduras del gigante asiático observan entre horrorizados y absortos este estilo callejero. Pero antes de censurar el advenimiento de estos trendsetters, reflexionen. Piensen que hubo un día que a alguien se le ocurrió peinarse con una cresta y el punk entendió que eso molaba. Por no hablar del mullet, que tantas alegrías dio a los peluqueros en los 80. O el moño ensaimada. O las orejas de conejita a las que se apuntaron muchas famosas. Muchas son las modas que, a la luz de los tiempos, provocan sonrojo. Pero que levante la mano quien no se haya adherido a una (o a varias).

FUENTES:

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